Imagina por un momento que hay una persona accidentada, tumbada en el suelo, y quien le socorre le dice:
No te preocupes, esto no es grave y no van a tardar en venir a ayudarte
Imagina ahora la misma situación, pero ahora con estas palabras:
Tranquilo, esto es leve y vendrán rápido a ayudarte
¿En cuál de las dos ocasiones nuestras palabras ayudan más al accidentado?
En realidad nuestra mente no lee las negaciones y el subconsciente sólo procesa el resto:
preocupes, grave, tardar.
Ahora recuerda el tipo de mensajes que enviamos generalmente en prl decimos cosas como: no te quites los guantes. Y con mensajes así realmente estamos motivando inconscientemente a que el trabajador se quite los guantes, pues su inconsciente recibe el mensaje quitar guantes, y además resulta que quitarse los guantes produce una sensación agradable, cómoda que motiva aún más a hacer precisamente lo que queremos evitar.
La cuestión no es el asunto que tratamos, sino cómo tratamos sobre el asunto. Aún más importante que lo que decimos es cómo decimos las cosas.
Actualmente la ciencia ya ha demostrado que quien gobierna el comportamiento y quien toma las decisiones es, en un altísimo grado, el subconsciente. Es nuestra mente subconsciente quien toma las decisiones fracciones de segundo antes de que seamos conscientes, y nuestra mente consciente se encarga después de argumentar razonadamente tales decisiones.
Las palabras que utilizamos tienen un poderoso efecto en el subconsciente y por eso condicionan nuestro estado emocional, nuestras acciones y nuestros pensamientos y decisiones. Veamos otros ejemplos. Imagina que, frente a un error, quizás de graves consecuencias, tenemos que dar feedback a una persona y le decimos:
Lo haces mal, ¿por qué lo haces así?
Analiza ahora que eres tú quien está recibiendo ese mensaje y explora ahora, para cada una de las dos expresiones, los sentimientos que te genera:
Lo haces mal, ¿cómo te hace sentir?, ¿qué actitud despierta en ti?…..
¿Por qué lo haces así? ,¿cuál es la emoción que te nace de dentro, quizás de las tripas?
¿En qué dirección se dispara tu mente, hacia atrás, hacia el pasado?, ¿cuál es el diálogo interno que se genera?…
Imagina que, en lugar de lo anterior le decimos:
Lo que hiciste no fue muy útil, ¿para qué lo hiciste?
Nuevamente piensa que eres tú quien está recibiendo ese mensaje ahora y explora, para cada una de las dos expresiones, los sentimientos que te genera:
Lo que hiciste no fue muy útil à ¿cómo te hace sentir?, ¿qué actitud despierta en ti?…..
¿Para qué lo haces así? à¿ es la emoción que te nace de dentro distinta que antes, quizás más positiva?, ¿cuál es el diálogo interno que se genera, quizás tu mente se dispara rápidamente tratando y visualiza lo que querías lograr o evitar y encuentra lo que realmente lograste, tomando consciencia de lo que te faltó para hacerlo mejor?
Estos son unos pocos ejemplos del poderoso efecto que tiene la forma en que nos comunicamos, cómo decimos las cosas. Has pensado qué sucede cuando alguien, quizás tu jefe te dice algo así como: he visto el informe el resultado de lo que has hecho y es bueno… pero….
¿Te gustaría conocer el nuevo modelo de feedback que está cambiando las relaciones y el clima? Saber cómo emplear las palabras con precisión puede influir en las personas y el lenguaje es una potente herramienta para liderar cambios de actitud y comportamiento.